Capítulo III - Sin ti
Ansioso me desperté al día siguiente, esperando aquel momento en el que volvería a estar con Cristal -Que hermoso nombre- pensé en voz alta, mientras intentaba asimilar un posible enamoramiento de Cristal, la chica de quien a penas conocía su nombre...
Aquellas horas desde la oración de inicio hasta el recreo me parecieron una eternidad, pero al fin había llegado la hora, la hora de estar con Cristal. Estaba muy emocionado mientras me dirigía al mismo lugar que el día anterior, pero mala fue la sorpresa al percatarme de que aquel lugar estaba vacío. Cristal había mandado una excusa, pues se sentía mal y la habían llevado al hospital en esa misma mañana. Mi desgracia no podría ser mayor... Aguarde sentado en el asiento, con la vana esperanza de que ella llegara y se sentara a mi lado, pero la campana -¡Cruel campana!- había hecho desvanecer toda esperanza existente en mí...
El resto del día me la pase preguntándome el por qué todas las cosas me tenían que salir mal.
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