Capítulo V - Amigos
Ya era jueves, apenas el 4 día desde que habíamos hablado por primera vez. Un fuerte viento soplaba desde el Este; en ese invierno pocos días hacia frío y ese jueves era uno de ellos. Decidí llevarme mi abrigo para protegerme. Ahora tenía ánimos y un motivo por el cual asistir al colegio...
Como siempre -desde el lunes de esa semana- yo solo esperaba la hora en que sonara la campana, sonido que duraba una eternidad en llegar a producirse. No desperdicie ni un instante y me dirigí directamente al lugar de encuentro. Allí estabas, radiante, hermosa, como desde aquel día...
En esta ocasión no tenías tu acostumbrada libreta, como si sólo me esperaras a mí. Todo se desarrollo con normalidad, hablamos de todo: sobre tu familia, en especial lo que odias de tus padres y hermanos; de las personas que te rodean y de cómo te engañaban y te utilizaban haciéndose pasar por tus amigos; sobre tu perrito Rocky; sobre tus apodos, sobre cómo te visualizabas en un futuro; sobre tus intereses; en fin, miles de cosas.
Era la primera vez que sentía que el tiempo que pasábamos juntos no se acababa en un abrir y cerrar de ojos; ese día todo fue diferente.
Percate que tenias frío y que no llevabas abrigo, así que decidí ofrecerte el mío; con una bella sonrisa dijiste -Gracias amigo- y me percate del rumbo que llevaban las cosas. La verdad era que quería que fuéramos más que amigos y desde ese instante pensé en las posibilidades de que lo que deseaba se hiciera realidad. Me pase el resto del día pensando en eso.
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