lunes, 10 de enero de 2011

Te escribi...

Te escribí "Te Quiero" con tinta negra y fondo negro, y ni cuenta te diste de lo que siento...

martes, 4 de enero de 2011

Un Diamante en un Camino de Piedras -Capítulo VI-

Capítulo VI - Sin Fin

Al día siguiente ya estaba decidido, sabía todo lo que haría y como te lo diría. En esos últimos días había cambiado drásticamente: ya era más seguro de mi mismo, sabía lo que quería, tenía una visión más clara de la vida, tenía una visualización distinta sobre mi futuro, en fin, había cambiado varios aspectos en mi vida.

Minutos antes de que sonara la campana repasaba paso a paso las cosas que te diría, me encontraba muy nervioso y me sudaban las manos.

Llegada la hora de la verdad respire profundo y me calme.

Me dirigí firmemente hacia dónde estabas, con todas las intenciones de decirte todo lo que por ti yo sentía.

-Hola Cristal, ¿como estas?-pregunté un poco atareado.

-Bien, ¿y tú?

-Bien, pero un poco asustado.

-¿Y asustado por qué?-preguntaste con preocupación.

-Es que tengo miedo a como reacciones.

-¿Reaccione a qué? Me estas asustando Paúl.

-No te asustes, no hay por qué asustarse. Es sólo que tengo algo muy importante que decirte y no sé como lo tomaras.

-¿Y qué me quieres preguntar?- Dijiste intrigada.

-Para serte sincero no sé cómo explicarte exactamente lo que me está pasando, pero desde que te conocí noté que eras diferente, que eras especial, única entre tantas... Y quiero que sepas, que a pesar de que llevamos solo 5 días conociéndonos, yo ya siento algo muy especial por ti, algo que con palabras no puede ser expresado, algo que nace desde mis adentros y quiere salir para expresarse, algo que nunca antes había sentido y que tú despertaste en mí...

-Me interrumpiste mientras dejaba salir a flote mis más sinceros sentimientos y me dijiste que nunca pensaste que te lo diría, me diste un beso y luego, con voz suave y titubeante expresaste:

-¡También te amo!

Y es que, junto a la niña de las colitas de caballo, los días jamás volvieron a ser iguales...

lunes, 3 de enero de 2011

Un Diamante en un Camino de Piedras -Capítulo V-

Capítulo V - Amigos

Ya era jueves, apenas el 4 día desde que habíamos hablado por primera vez. Un fuerte viento soplaba desde el Este; en ese invierno pocos días hacia frío y ese jueves era uno de ellos. Decidí llevarme mi abrigo para protegerme. Ahora tenía ánimos y un motivo por el cual asistir al colegio...

Como siempre -desde el lunes de esa semana- yo solo esperaba la hora en que sonara la campana, sonido que duraba una eternidad en llegar a producirse. No desperdicie ni un instante y me dirigí directamente al lugar de encuentro. Allí estabas, radiante, hermosa, como desde aquel día...

En esta ocasión no tenías tu acostumbrada libreta, como si sólo me esperaras a mí. Todo se desarrollo con normalidad, hablamos de todo: sobre tu familia, en especial lo que odias de tus padres y hermanos; de las personas que te rodean y de cómo te engañaban y te utilizaban haciéndose pasar por tus amigos; sobre tu perrito Rocky; sobre tus apodos, sobre cómo te visualizabas en un futuro; sobre tus intereses; en fin, miles de cosas.

Era la primera vez que sentía que el tiempo que pasábamos juntos no se acababa en un abrir y cerrar de ojos; ese día todo fue diferente.

Percate que tenias frío y que no llevabas abrigo, así que decidí ofrecerte el mío; con una bella sonrisa dijiste -Gracias amigo- y me percate del rumbo que llevaban las cosas. La verdad era que quería que fuéramos más que amigos y desde ese instante pensé en las posibilidades de que lo que deseaba se hiciera realidad. Me pase el resto del día pensando en eso.

domingo, 2 de enero de 2011

Un Diamante en un Camino de Piedras -Capítulo IV-

Capítulo IV - Reencuentro

Ya era el tercer día de la semana y apenas te había podido ver sólo en uno. Hoy tenía las esperanzas de que no me ocurriera -o más bien, a Cristal- una desgracia que me arruine ese día también...

El reloj daba las diez mientras la campana marcaba el inicio del receso... Salí temeroso por temor a no encontrarte, pero decidido a ir a buscarte. Estupefacto se quedo mi corazón al verte allí sentada, nuevamente con tu libreta de desahogos; estabas mas radiante que la vez anterior, sentada con los pies cruzados encima del banco.

Al percatarte de que me acercaba me lanzaste una leve sonrisa y cerraste tu libreta; me invitaste a sentarme a tu lado...

-¿Como estas? Comenzaste tú rompiendo el hielo.

-¿Bi-bien, y tú? ¿Te sanaste?

-Se podría decir que sí, no me quejo. De lo que estoy segura es que estoy mejor que antes...

Horas parecieron los simples 30 minutos que pasamos juntos. No imagine que fuese cierta esa magia que transformaba el tiempo, como si este fuese insignificante.

Ya empezábamos a crear una amistad, idea que me tenía bastante emocionado. Ese día, al final de clases estaba decidido a buscarte y hablar un poco más contigo pero el autobús ya te esperaba en la puerta; me entristecí al no poder verte. Ya tenía que esperar al día siguiente para volver a hablar.

sábado, 1 de enero de 2011

Un Diamante en un Camino de Piedras -Capítulo III-

Capítulo III - Sin ti

Ansioso me desperté al día siguiente, esperando aquel momento en el que volvería a estar con Cristal -Que hermoso nombre- pensé en voz alta, mientras intentaba asimilar un posible enamoramiento de Cristal, la chica de quien a penas conocía su nombre...

Aquellas horas desde la oración de inicio hasta el recreo me parecieron una eternidad, pero al fin había llegado la hora, la hora de estar con Cristal. Estaba muy emocionado mientras me dirigía al mismo lugar que el día anterior, pero mala fue la sorpresa al percatarme de que aquel lugar estaba vacío. Cristal había mandado una excusa, pues se sentía mal y la habían llevado al hospital en esa misma mañana. Mi desgracia no podría ser mayor... Aguarde sentado en el asiento, con la vana esperanza de que ella llegara y se sentara a mi lado, pero la campana -¡Cruel campana!- había hecho desvanecer toda esperanza existente en mí...

El resto del día me la pase preguntándome el por qué todas las cosas me tenían que salir mal.