Me recibes en mi cuarto en silencio
Procuras estar inmóvil
Se que si te toco te enciendes cual electrodoméstico
Estoy sudando, me desespero
¿Lo hago?
¡Lo hice!, te he tocado
Con un suave y casi excitante sonido la obligas a acariciarme
Viro tu cabeza hacia mi cama
Te obligo a que me mires mientras ella me acaricia toda la noche
Apago las luces y me niego a estresarme
Pero la maldita se va y tú te apagas
No me queda más que rogarle al SEÑOR…
¡DIOS, has que la luz vuelva!