Malditos somos, los hombres de poca fe, en nosotros recae todo el peso de la culpa. Mentira, hipocresía y desgracia. Extasiados, Condenados a la eterna oscuridad, donde la luz del señor, no se va en el ocaso. Lugar de tinieblas, sombras, cadenas y castigo. Eterno sufrimiento, que encarna el odio.
Valle de sangre, rio de penas; Larga travesía en el barco del Caronte. Donde purgar las penas aumenta el sufrimiento. Un muro impenetrable, llamas a su alrededor; Jardín de fuego. Y en la puerta de salida te espera el Cerberos. Caminos del hades. Donde el horizonte de las montañas no sedistinge a lo lejos. Fuego, cenizas y un el olor putrefacto de las almas en purgatorio.
Todos tenemos nuestro pasaje de ida, a este jardín de llamas negras, custodiado por el señor del inframundo. Odia a todos como si te hubiesen hecho un gran daño, Desconfía del prójimo pues no le conoces suficiente y deja el amor parar los que pasaran su eternidad cazando mariposas en el cielo.
By: Frangel Hernández
Valle de sangre, rio de penas; Larga travesía en el barco del Caronte. Donde purgar las penas aumenta el sufrimiento. Un muro impenetrable, llamas a su alrededor; Jardín de fuego. Y en la puerta de salida te espera el Cerberos. Caminos del hades. Donde el horizonte de las montañas no sedistinge a lo lejos. Fuego, cenizas y un el olor putrefacto de las almas en purgatorio.
Todos tenemos nuestro pasaje de ida, a este jardín de llamas negras, custodiado por el señor del inframundo. Odia a todos como si te hubiesen hecho un gran daño, Desconfía del prójimo pues no le conoces suficiente y deja el amor parar los que pasaran su eternidad cazando mariposas en el cielo.
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